sábado, 4 de marzo de 2017

THE WINDMILL MASSACRE

Siguiendo la tradición de las películas episódicas de Amicus, "The Windmill Massacre" (¡titulazo!) comienza cuando un grupo de pecadores condenados al infierno que ocultan feos secretos, se suben a un autocar turístico para visitar la Holanda forestal, con especial interés en los molinos.
A medio camino se quedan tirados y terminan refugiados en uno que, se supone, no debería estar ahí. Por los alrededores ronda un temible asesino armado con una guadaña dispuesto a machacarlos a todos y usar su sangre para hacer mover las aspas. El tipo viene del mismísimo averno, al que fue a parar cuando los pueblerinos, asustados por su afición a la magia negra, le prendieron fuego.
Nada que no hayamos visto antes. Los Holandeses... o los "Paisesbajenses"... se apuntan al slasher (con tintes sobrenaturales) y lo hacen tomando buena nota de las maneras de los yankis, solo que mezclándolo todo con elementos autóctonos. A lo Dick Maas. Eso sí, desde el estereotipado punto de vista turístico para que todo el mundo lo entienda, así pues ¿hay algo más característico de Holanda que los molinos?. Añadan un reparto compuesto por actores de diferentes países (el rostro más familiar pertenece a Noah Taylor), preferencia por el inglés como idioma, y ¡hala!, ya tenemos un producto con miras internacionales.
"The Windmill massacre" no sorprenderá a nadie, pero por fortuna da lo que se espera de ella: Una masacre trufada de llamativo y espectacular gore (en general a base de trucajes prácticos, aunque un poco de sangre CGI sí que se cuela), llevada a cabo por un asesino de chanante aspecto y arma. ¿Se puede pedir más?. ¡Pos no!.
Marca el debut en la dirección de Nick Jongerius, que en tareas de productor tiene alguna cosa medianamente reconocible como "Frankenstein´s Army".
Sin ser la hostia, ni evitar que a veces le echemos un ojal al móvil, está bastante maja.