lunes, 11 de septiembre de 2017

RADIO SPEED

“Radio Speed” también conocida como “La Ràdio Folla” (título en catalán que, traducido literalmente, sería "La radio loca") es una película Catalana del popularísimo Francesc Bellmunt, que por un lado pasa a engrosar la lista de películas ambientadas en la radio -muy de moda en el cine español progre de los 70 y 80-, y por otro lado sería la antitesis postmoderna de películas como “Solos en la madrugada” del Garci.
Y es que Bellmunt, conocido sobretodo por “La Orgía”, con “Radio Speed” lo que intenta es plasmar en una sola película todos sus gustos; quiere ofrecer una comedia catalana contemporánea, quiere darle unos toques de thriller, y quiere darle su sello de autor, y su pinceladita vanguardista, por lo que tenemos un revoltijo de géneros y conceptos que por momentos pueden ser interesantes, pero que acaban volviéndose indigestos. Digamos que comienza como una comedia propia de la movida como “La Vida Alegre” de Colomo, para terminar pareciéndose a “Arrebato” de Zulueta.
Entonces, “Radio Speed” resulta una extraña mezcla de Colomo, Agustín Villaronga,  Ivan Zulueta y Mariano Ozores. Ahí es nada.
Y una película absolutamente malsana en el aspecto y desarrollo. Una cosa rarísima.
Cuenta el día a día de una emisora de radio en la cual, un locutor de un programa nocturno de esos que llaman lo oyentes a contar sus penas,  anuncia en directo el horario de un hospital de guardia dónde hacen falta urgentemente transfusiones de cierto tipo de sangre. Resulta que es justo el grupo sanguíneo del locutor, por lo que, instado por los oyentes, se acerca al hospital a donar. Tras donar la sangre, el locutor empieza a cambiar de personalidad, pasando de ser un tipo coherente y cabal a ser un individuo oscuro y violento que utiliza la radio para tener conversaciones de tipo sexual, con la intención de follarse a sus interlocutoras, o menospreciar a los oyentes que no le caen en gracia. La cosa se irá complicando poco a poco hasta que el espectador no sabe que cojones está viendo. Las subtramas las ponen un grupo de variopintos actores secundarios, cada una de ellas más extraña. No perder el ojo al personaje llamado “Sipi”.
La película resulta trasnochada y un poco antigua, además el hecho de irse convirtiendo poco a poco en “Arrebato”, le hace flaco favor, pero como es tan rara en ningún momento aburre y la continuamos viendo por curiosidad.
Y ahí radica todo interés, en el hecho de ser más rara que un perro verde. Por lo demás, Bellmunt se hace la picha un lío con su propio material, y al final confunde al espectador soberanamente de forma involuntaria, porque en esencia, lo que quiere contar no es tan raro como lo resultante, que lo es, 50% intencionadamente, 50% por incapacidad de poner en escena todo eso.
El guion lo escribe Bellmunt a medias con otro tío raro como es Carles Benpar.
El reparto lo componen Sergi Mateu, Carmen Conesa, Pep Munné o Pere Ponce.