sábado, 14 de abril de 2018

MISIÓN A MARTE

En otra de esas típicas y curiosas peleas tan hollywoodienses en las que dos productoras distintas se lanzan a parir películas de idéntica temática en plan carrera de galgos, a ver quién es el guapo que estrena primero, surgió la inquietud por facturar algo relacionado con lo que a finales de los 90 era tema de moda en el media: Marte. ¿Se podrá colonizar algún día?, ¿habrá vida allí?, ¿fue como la tierra antes de un cataclismo?, ¿es el verdadero origen de lo que hoy somos todos aquí en este planeta?. Esa es la premisa tanto de la peli en estos momentos reseñada como de su competidora, "Planeta Rojo". Las comparaciones son odiosas, pero a pesar de las prisas es posible que "Misión a Marte" sea mejor, y ello se debe a quién se encargó de dirigirla, el talentoso Brian De Palma en plan currelas firmando un genuino producto alimenticio, aunque no carente de sus señas de identidad.
Los primeros seres humanos que pisan Marte se quedan todo pillados cuando un rojo día captan unas extrañísimas señales provenientes del famoso monte que hay en la región de Cydonia, ese con supuesta forma de cara (que ná de ná, puro efecto de sombras. ¡Qué idea más facilona!). Acuden y se encuentran que de este surge como un gusano de arena que se los carga a CASI todos (uno de ellos es hecho pedazos de forma bastante espectacular). El que sobrevive se comunica con la estación espacial que hay junto a la tierra, y esta manda a un equipo al rescate. Después de sendos problemas y algún sacrificio de carne, aterrizarán en Marte y se pondrán a investigar qué diantres ocurre.
¿Había dicho que "Misión a Marte" es mejor que "Planeta Rojo"?. Sí, lo es... salvo por un detalle, el desenlace. Absolutamente patético. Mucho me temo que esta es una de aquellas películas que, si no fuese por su parte final, arrastraría mucha mejor prensa. Desde el principio hasta la llegada del momento fatídico, lo que tenemos está más que bien. Destaca en especial toda la parte del viaje que se marca el equipo de rescate, por lo que narra (un porrón de problemas técnicos causados por micro-meteoritos), por cómo lo narra (puro suspense desatado), por las imágenes resultantes (teniendo en cuenta que en aquella época el CGI aún estaba en bragas, los efectos están muy bien. La parte que la tripulación queda flotando en el espacio chana un rato) y porque De Palma marca paquete con la cámara. El legendario Ennio Morricone pone la guinda con una partitura excelente.
Pero entonces... ouch!!! llega el desenlace. Y ahí es donde diría yo que cantan más las prisas. Cuando vi "Misión a Marte" en el cine ya me pareció chapucero. Pensé que consumirla 18 años después me haría cambiar de opinión. Muy al contrario, hoy me parece incluso peor. Es en ese tramo de la película donde más se exprimen la ideas antes mentadas respecto al pasado de Marte, pero está hecho todo a un nivel maternales, explicado a viva voz por los personajes por si alguien no pilla la ya de por sí elemental y simplificada narrativa en imágenes. Es donde el CGI más apesta y sale un marciano que es pa darle collejas al que lo diseñó. Todo muy lamentable. ¡Qué pena!.
El reparto está muy potente: Gary Sinise y Tim Robbins en su mejor momento, Don Cheadle, la guapa Connie Nielsen, los ojos super azules de Armin Mueller-Stahl y Jerry O´Connell en plan novatillo y con un supuesto futuro repleto de éxitos que luego no fue.
Si puedes aceptar todo lo malo y verla sin tenérselo demasiado en cuenta, el resto es perfectamente disfrutable y, en general, uno no se aburre demasiado, lo que siempre está muy bien.